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Somos todos, en el universo, Iguales?

  • Writer: Marco Del Castillo
    Marco Del Castillo
  • Jun 24
  • 5 min read
Hanuman: Simbolo de Fuerza, Autosacrificio y Lealtad inquebrantable.
Hanuman: Simbolo de Fuerza, Autosacrificio y Lealtad inquebrantable.

Mientras viajaba atravesando valles y montañas, es imposible no notar la inmensa diversidad que existe en nuestro hermoso planeta. Desde grandes ríos y altos pinos en West Virginia, hasta el sonido de los monos aulladores en Petén Guatemala. Desde lo exuberante de los bosques de lluvia de Costa Rica hasta los desiertos de las planicies del norte de México .


La gente es muy diferente también, Me he encontrado con toda clase de personas de muchas razas y mezclas, de muchas ocupaciones y sueños, pero todos, absolutamente todos son gente buena, gente noble, gente que quiere ser feliz.


Seremos todos en el universo, tan distintos? Será verdad que existe una especie de jerarquía que pone a los seres humanos en la cima de la tan mencionada pirámide?


Además, Será cierto que unos humanos merecen algo mejor que otros seres humanos?


Estas preguntas me intrigaron en las largas horas viajando y recorriendo Norte y Centro América, así que en este blog quisiera expresar la reflexiones sobre este tema.


Veamos, empezando por lo obvio, es innegable que a simple vista uno puede constatar que hay ríos y piedras, y que estas son distintas de los árboles que crecen en las laderas del río o de los peces que nadan en sus aguas. Ciertamente, yo que estoy observando esto, me siento diferente de esa agua, de esas piedras, de esos árboles y de esos peces…pero…de verdad somos cosas totalmente distintas y separadas?


Al pensar seriamente al respecto, y profundizando mas allá de lo evidente, me encontré concluyendo de que si bien cada ser tiene una manera distinta de expresarse en este mundo, en el nivel mas básico de la existencia, todos, absolutamente todos estamos formados por la misma materia (carbón, oxígeno, hidrógeno, átomos y células). Además, todos estamos sujetos a los mismos procesos de cambio permanente: Todos pasamos de la formación inicial, a la madurez a la destrucción de nuestros cuerpos para dar cabida a un nuevo ciclo de generación, madurez y declive.


Esas dos condiciones: la materia de lo que estamos hechos y el inexorable cambio al que estamos sujetos, aplica para todos en el universo. Desde las estrellas hasta las galaxias, desde los planetas hasta las lunas, desde minerales hasta humanos, desde plantas y vegetales hasta los animales más simples o más complejos que existen.


Así, creo que es posible concluir que, aunque en apariencia tenemos diferencias, en realidad, todos somos lo mismo.


Como bien lo plantea Yuval Noah Harari (autor de Sapiens, Homo Deus y Nexus entre otros libros) Los seres humanos debemos nuestro éxito planetario por tener una característica distinta de los demás seres. Somos los únicos capaces de crear historias que después de repetirlas nos las creemos al punto de que podemos convencer a miles de individuos de cooperar en la persecución de algún fin. Eso es lo que nos hizo capaces de hacer pirámides, sistemas de agricultura, de domesticar algunas plantas y animales y desafortunadamente de extinguir especies que encontramos poco o demasiado útiles.


Esa característica es lo que algunos anteponen como la razón por la cual existe una jerarquía de especies y seres, poniéndonos en el rol de amos y dueños del universo.


Pero eso es solo una historia, un cuento, una falacia. Nada de eso es cierto cuando analizamos las cosas en su verdadera dimensión. Provenimos de los mismos materiales de todo lo demás, y estamos gobernados por los mismos ciclos de cambio permanente que todos los seres del universo.


Nos hemos contado la historia de que es nuestro cerebro, nuestra mente y nuestra voluntad lo que nos hace superiores. Pero eso es, simplemente otro cuento que nos hemos creído.


Robert M. Sapolsky (Ph.D, Universidad de Stanford) es un neuro-científico, académico y experto en primates que ha dedicado su vida a entender el rol que juega la voluntad en las decisiones que toman los seres humanos y otros animales. Su conclusion es controversial pero muy bien sustentada. La libre voluntad, el libre albedrío NO EXISTEN.


Sapolsky en su libro Determined (2023 Penguin Publisher), hace una clara explicación de como cada acto que pensamos es producto de nuestra voluntad, es en realidad el producto de lo que ocurrió en nuestros cuerpos en los segundos precedentes al acto, como hormonas, fluidos, y neuro-conductores reaccionan ante estímulos externos. Eso es lo que determina nuestro proceder, más aún, lo que ocurre en nuestros cuerpos segundos antes de la acción está determinado por lo que ocurrió hace unas horas, unos días, unos años, y esto a su vez está determinado por la cultura en la que crecimos, los genes ancestrales y la forma particular que tomo la sociedad con los antepasados que vivieron miles de años atrás.



Según lo demuestra Sapolsky, nada de lo que somos o hacemos nos lo debemos a nosotros mismos, todo esta determinado por nuestros genes, nuestro medio ambiente y por las relaciones sociales que constituyen los atributos culturales de donde venimos.


Bajo esta lógica, cualquier sistema que intenta clasificar seres (minerales, plantas, animales o humanos) y ponerles dentro de una jerarquía, es solo un cuento sin ninguna base científica real. De hecho, ningún ser (humano o de cualquier especie) tiene derecho a recibir más o menos o ser tratado de mejor o peor manera que el resto de los miembros de su grupo, manada, clan o sociedad.


Cuando leí esto, por primera vez me sentí, de alguna forma, validado, por que en mi vida anterior pase años, infructuosamente, tratando de encontrar la mejor herramienta para clasificar a las personas por su “talento”. Ahora sé que todo eso es una falacia. Un cuento creado por un sistema que trata de incentivar la competencia entre individuos solamente para el beneficio de ese otro cuento que nos hemos creido…el Capitalismo y las Corporaciones.


Pero regresando a la reflexion sobre la igualdad…Hasta ahora estoy concluyendo que:


  1. Todos los seres somos exactamente lo mismo, si lo vemos desde el punto de vista de los componentes que nos forman.

  2. Todos los seres estamos sujetos a los procesos de cambio permanente

  3. Todos los seres estamos determinados a actuar en relación con nuestra composición genética, el medio ambiente en el que estamos y la cultura creada desde hace miles de años atrás y hasta el presente.


Estas conclusiones son sumamente importantes, pero aún están limitadas al ámbito de lo material. Cuál es la perspectiva espiritual del sentido de igualdad?


Usando nuevamente la analogía del mar, nos damos cuenta que en el nivel consciente (donde estoy, ahora que escribo esto, y donde estas vos (jaja) ahora que lees estas líneas ), cada uno de nosotros nos sentimos como individuos separados unos de los otros. Como las distintas olas en la superficie del mar. Unas olas son fuertes y rápidas, otras son mansas y bajitas, pero cada una, pareciera para el observador casual, como elementos aislados e individuales.


Sin embargo, si ese observador lograse sumergirse unos cuantos pies hacia el punto donde las olas dejan de sentirse, este observador podría ver como cada ola en realidad esta compuesta de la misma agua. Cada ola no solo comparte los mismos elementos que la conforman (hidrógeno y oxígeno ) sino que también comparten el aire que las mueve y las lleva. Si ese observador es reflexivo, se dará cuenta que cada ola no es importante en si misma, sino que es solo una expresión del agua que conforma el océano entero.


Así, podemos, si queremos,  continuar bajo la creencia del cuento de que somos individuos y que tenemos talentos y que merecemos o no tener bienes y estatus…podemos creernos el cuento de que somos superiores a otros seres y por lo tanto sus amos y dueños…pero eso solo es posible si seguimos viviendo creyendo una realidad que no es. La otra opción es que abramos los ojos a lo que verdaderamente esta ocurriendo, entonces podemos ver que somos solo expresiones de una misma fuente. De un mismo espíritu.


Jai Guru Deva




 
 
 

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